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Momento crítico en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos

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La Habana, Cuba – El presidente Donald Trump se dispone a revelar el próximo viernes la que será su hoja de ruta con relación al tema cubano, un anuncio muy esperado en ambas partes del estrecho de la Florida, pues se espera que traiga pocos elementos de progreso a esta tumultuosa relación.

El nuevo escenario, del cual se viene especulando por meses y que finalmente se hará público -según reportes periodísticos desde Washington- en una alocución del mandatario estadounidense en Miami, traería cambios sustanciales a la política de viajes a Cuba, así como nuevas reglas de juego en la mecánica para poder hacer negocios en la isla.

Estas fueron dos de las áreas más flexibilizadas por la administración de Barack Obama, la cual impulsó un histórico acercamiento con Cuba, pero no logró, como era su intención, poner fin al bloqueo o embargo económico que impera sobre la isla desde la década de los 60.

Se prevé que Trump endurecerá las 12 categorías instauradas por Obama para viajar a Cuba, así como medidas que permitieron a los ciudadanos estadounidenses llegar a suelo cubano sin la necesidad de hacerlo mediante grupos de viajeros amparados por licencias del Departamento del Tesoro.

La información que ha surgido sobre el rumbo de las medidas de Trump no es oficial, pues se basa en reportes periodísticos y en supuestos ofrecidos por congresistas cubano-americanos que aseguran estar cercanos a la toma de decisiones.

El propio gobierno estadounidense tampoco ha arrojado mucha luz. En un intercambio telefónico con periodistas, funcionarios del Departamento de Estado declinaron hacer declaraciones específicas sobre las intenciones de Trump con el caso cubano.

“Sólo puedo señalar que hemos estado envueltos en una revisión de la política desde comienzos del año. La revisión continúa. Una vez tengamos esa revisión completada, el Presidente la anunciará en el momento y el lugar escogidos. Pero ahora mismo, la revisión continúa y no quiero hablar sobre los específicos de la revisión y perjudicar así su anuncio”, indicó en una teleconferencia con medios internacionales, John S. Creamer, el encargado del Departamento de Estado de las políticas económicas para Cuba, México y América Central.

“No voy a especular sobre cuándo la política estará completada. Ha habido mucha especulación por meses y estará lista cuando esté lista”, agregó.

El gobierno cubano, como es su norma, no ha emitido comentarios y en el país las fuentes oficiales que hablan del tema lo hacen desde la perspectiva de los supuestos.

(Dennis M. Rivera Pichardo/ Especial para El Nuevo Día)

¿Cuál es el impacto de un impacto de un cambio en la política de Estados Unidos hacia Cuba?, preguntó El Nuevo Día al secretario general del Partido Comunista de Cuba en la provincia de Granma, Federico Hernández Hernández.

“Las relaciones Cuba-Estados Unidos tiene un impacto en nuestra provincia de más visitantes, yasea por turistas o por familiares. No tengo dudas de que nosotros podríamos entrar al mercado americano con nuestra producción agrícola, por ejemplo”, respondió el dirigente político en un encuentro con medios internacionales acreditados, como quien deja entrever que de golpe y porrazo tres áreas económicas sentirían el efecto: el turismo, las remezas y el comercio.

La incertidumbre se ha apoderado así de las dos orillas del Estrecho de la Florida y el cabildeo continúa.

La organización estadounidense “Engage Cuba” dio a conocer hoy una encuesta que refleja que el 64% de los votantes republicanos está a favor del acercamiento a Cuba iniciado por Obama en el tema de los viajes y el comercio.

Esa misma encuesta sostiene que 65% de los americanos cree que la ruta establecida por Obama debe sostener por la nueva administración en la Casa Blanca.

“El masivo apoyo del pueblo americano de continuar la política de acercamiento debe servir como una seria advertencia a la administración del Presidente Trump”, dijo el presidente de Engage Cuba, James Williams, quien dirige una organización que estimó que la eliminación del acercamiento hacia Cuba dejaría sobre $6,000 millones en pérdidas a la economía estadounidense hasta el 2021.

En Cuba, mientras, se está en compás de espera, pero quienes se afectarían no están muy contentos con el ruido que trae el río. Por ejemplo, aquellos que usan servicios como el portal estadounidense de alojamientos Airbnb, el cual anunció la semana pasada que entregó a los cubanos de la isla $40 millones en dividendos por alquileres privados en el país, andan con los pelos de punta ante un eventual cambio.

(Dennis M. Rivera Pichardo/ Especial para El Nuevo Día)

Miriam, quien alquila su residencia en la calle Amargura de la Habana Vieja por el popular servicio interactivo, es uno de ellos. Desde hace más de siete años invirtió, con la ayuda de una hija que vive en el exterior, para convertir su casa en un pequeño hostal. La llegada de Airbnb hizo la diferencia el último año y un movimiento que afecte su presencia en el mercado cubano no le hace ninguna gracia.

“Todos estamos a la expectativa de lo que haga ese señor”, sostuvo en clara referencia al Presidente Trump. “Ha hecho ya tantas cosas locas y dicen que va a echar para atrás todo lo que hizo Obama. Imagínate, si ahora no podemos usar Airbnb, eso será un fuerte golpe. Al final quienes siempre salimos perdiendo en todo esto es el pueblo, nosotros”.

Otras áreas que recibirían un fuerte impacto son las líneas aéreas y los cruceros. El Nuevo Día intentó contactar con American Airlines y Jet Blue, las máximas operadoras estadounidenses en el recién abierto mercado cubano. American Airlines declinó comentar por desconocer la nueva política de Trump y Jet Blue no respondió de inmediato.

Los usuarios del servicio de líneas aéreas como estas, sin embargo, están con los pelos de punta.

Silvia no ha perdido tiempo y pagó su billete en la oficina de Delta, en el capitalino barrio del Vedado, para volver a visitar a su familia en Miami. “Cada vez son más fuertes los comentarios de que el Presidente nuevo lo va a cambiar todo. Y si cierran esto hay que volver a pagar los pasajes carísimos y eso significa que no podría ir más seguido a visitar a los míos”, sostuvo Silvia Ortiz, quien acababa de comprar un pasaje en las oficinas de la aerolínea Delta en la zona capitalina del Vedado.

La incertidumbre, por lo tanto, se sigue alimentando, mientras, se espera por Trump, quien tiene la bola en su cancha y podrá hacer la jugada que redefinirá nuevamente esta relación.

Tomado de El Nuevo Día

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