EDUCACIÓN Y CULTURA

Sorprende por su fuerza expresiva, proyecto pictórico de fallecida artista camagüeyana

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Texto y fotos Lázaro David Najarro Pujol
 
Camagüey, Cuba, 15 jul.- La exposición personal Extravíos y quimeras, proyecto de la fallecida artista camagüeyana de la plástica Caridad Hernández Carlos, una retrospectiva de su obra pintora, quedó inaugurado en esta ciudad patrimonial.
Se trata de una colección que la creadora preparaba, cuando la muerte la sorprendió semanas antes de ser inaugurada, y que a decir del curador Pavel Alejandro Barrios “sorprende por su fuerza de expresión. Sus trazos, manchas y aguadas extrovierten la naturaleza de un alma torturada”.
La Galería Julián Morales, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), en Camagüey, exhibe a los espectadores más de una treintena de piezas,  un sueño en imágenes pictóricas del reflejo, la espiritualidad de la artista: “el lirismo inmanente de su obra y esa poesía fiera que constituía su vida”.
“Se trata de un discurso marcado por el dibujo, en el que el trazo puede ser tan esencial como una línea, un punto, o puede densificarse y manchar como estrategia compositiva, según su exposición Los tajos del tiempo y la soledad. Julio, 2008.
Caridad, “con su obsesión de pintar en cualquier circunstancia y con su fidelidad sin límites al arte”, vivía como pintaba y pintar como vivía, con un discurso “neo-expresionista, aunque con la salvedad de la economía y uso discreto del color”.
Señala Barrios que en algunas ocasiones la monocromía y su politonalidad eran “los vehículos expresivos más utilizados. Cuando la obra se policroma entonces el resto de los colores se aprecian como especies de “flashazos”, como latiguillos de color que complejizan aún más las personalidades y psicologías de los personajes”.  
 
Extravíos y quimeras, de la fallecida artista camagüeyana de la plástica es también “un idilio compensatorio de la ferocidad de la vida” que le tocó vivir, y que eligió para vivir. “Su rostro se transfigura en la frivolidad de los rostros de sus mujeres”.
Parafraseando a Pavel Alejandro Barrios la artista plástica Caridad Hernández Carlos se pinta a sí misma, un poco más insensible a las cosas que en su propia vida, la sensibilizaron.
“Sus mujeres desnudas, dibujadas o desdibujadas y perfectas representan esa inocencia limpia, esa belleza quieta, la sensualidad manifiesta que pueden enmascarar al tormento de los azotes del tiempo y de la soledad”, apunta en palabras al catálogo el curador Pavel Alejandro Barrios.
 

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