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Republicanos buscan respaldo para nueva ley de salud

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Washington.- Vapuleados por los reiterados fracasos en sus esfuerzos para anular y remplazar la ley de salud del presidente Barack Obama, los senadores republicanos retrocedieron el jueves a un enfoque mucho más estrecho que se desharía solamente de algunos de los elementos más impopulares de la ley. Los demócratas prometieron oponerse, en momentos en que el Senado se prepara para una larga sesión de votaciones sobre enmiendas que podría extenderse hasta las primeras horas del viernes.

El nuevo enfoque republicano es visto como una forma para que el partido consiga, aunque sea, alguna propuesta en el Senado, después de pasar los primeros seis meses de la presidencia de Donald Trump tratando infructuosamente se anular la ley de salud actual. Posteriormente, habría negociaciones con la Cámara Caja con esperanzas de elaborar una propuesta de anulación y remplazo que pueda ser aprobada en las dos cámaras más adelante en el año, señaló AP.

Pero las probabilidades de éxito de los republicanos no son muchas. Trump envió el jueves un mensaje de aliento en Twitter, seguido de una advertencia. “Luego de siete años, ésta es su última oportunidad de brillar. No decepcionen al pueblo estadounidense”, escribió

La nueva estrategia surgió luego que los republicanos apenas consiguieron iniciar el debate sobre la ley de salud esta semana dentro del dividido senado, y lograron proceder únicamente gracias al voto del vicepresidente Mike Pence, que rompió un empate 50-50.

Siguieron horas de debates, así como algunas pocas votaciones de enmiendas que revelaron las claras divisiones dentro de los republicanos. El martes, con una votación de 57-43 que incluyó nueve deserciones republicanas, el senado rechazó una amplia propuesta del líder de la mayoría, Mitch McConnell, para eliminar y remplazar gran parte de la ley de Obama. Posteriormente, el miércoles, una propuesta de anulación directa fracasó por votación de 55-45, en donde siete republicanos se sumaron al rechazo de los demócratas, a pesar de que una legislación casi idéntica fue aprobada en el Congreso dos años atrás.

Eso dejó a los demócratas buscando otras opciones y la versión de anulación reducida subió al tope de la lista. La medida no ha sido finalizada, pero senadores dijeron que podría eliminar dos mandatos de la ley actual _ que los individuos tengan seguro y que las empresas lo ofrezcan.

Proyecto «descafeinado»

La opción «descafeinada» de la ley de salud que sustituya a Obamacare es conocida como «skinny bill» o «ley flaca», la última vía posible para que el presidente Trump cumpla su promesa de campaña.

El multimillonario insistió este jueves de nuevo a los senadores republicanos para que logren tumbar la conocida como Obamacare, aunque sea de forma muy parcial, algo sobre lo que les ha presionado con vehemencia en los últimos días, señaló Efe.

«Vamos, senadores republicanos, ustedes pueden hacerlo con la asistencia sanitaria», dijo el mandatario en su cuenta personal de la red social Twitter.

Los republicanos del Senado, que ostentan la mayoría, no han sido capaces de ponerse de acuerdo en cómo derogar la Ley de Cuidado de Salud Asequible (nombre formal del Obamacare), y las dos propuestas consideradas hasta ahora no han logrado el consentimiento de los senadores para prosperar.

Ante la falta de entendimiento entre republicanos y demócratas, se espera que los republicanos lleven al Senado una derogación reducida de Obamacare conocida como «skinny bill» o «ley flaca», en la que solo sometan a votación enmiendas en los pocos aspectos en los que hallen consenso.

Aún no está claro cómo será el formato final de esta versión, que se debate hoy en el pleno de la Cámara Alta, ya que debe ser también aprobada en última instancia por la Cámara de Representantes.

La «ley flaca» de derogación podría acabar con algunos aspectos en los que los republicanos coinciden en poner fin, como el mandato para las empresas con más de cincuenta empleados de ofrecer un seguro médico a sus trabajadores si no quieren ser multados, o el conocido como mandato individual, que también castiga a los individuos con recursos que no busquen una póliza en el mercado.

Asimismo, medios estadounidenses especializados en el Congreso aseguran que los republicanos están buscando incluir una enmienda que quite los fondos federales a la organización para los derechos reproductivos «Planned Parenthood», contra la que los conservadores tienen abierta una ardua batalla desde hace tiempo.

Sin embargo, la expansión de las subvenciones a las personas con bajos recursos, conocida como Medicaid y que ampara Obamacare, se mantendría intacta para mantener contentos a los senadores más moderados, algo que, sin embargo, no está bien visto por los conservadores.

Aunque la «ley flaca» parece la opción más viable hasta el momento, tampoco está claro que obtenga todos los apoyos, pues su impacto también dejaría sin seguro a 16 millones de personas en los próximos diez años, la mitad de lo que hubieran provocado las opciones ya rechazadas, pero igualmente un duro golpe para el acceso a la salud en el país.

El senador republicano John Cornyn, «número 2» del Senado y el encargado de sumar los apoyos necesarios para lograr aprobar las legislaciones promovidas por su partido, dijo este jueves ser «bastante optimista» al respecto.

No obstante, ante el carácter secreto de las negociaciones, muchos republicanos no conocen bien los contenidos de la propuesta que está tomando forma, por lo que aún están centrándose en votar las diferentes enmiendas, una táctica caótica que hace difícil saber si obtendrían los 50 votos necesarios para prosperar.

«No sé en qué consistiría la derogación flaca», dijo la senadora republicana Susan Collins, la voz más beligerante contra el proceso dentro de su partido.

«Hasta que no vea lo que hay en ella, no descarto (apoyarla) porque no sé lo que es», afirmó.

Además de Collins, más de media docena de republicanos han expresado sus dudas o negativas ante las opciones que hasta ahora se han puesto sobre la mesa por diversas razones, por lo que el futuro de la posible derogación es sumamente incierto.

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