ANALISIS

El dirigente gremial comprometido

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Por Clemente Terrero

Un dirigente gremial comprometido es aquel que lucha intensamente por cambiar el sistema de salud para favorecer a los médicos y a la población.

Los dirigentes tienen diferentes perfiles, los cuales van de la mano con su comportamiento político, social e institucional. El perfil de un dirigente va a depender, en muchos de los objetivos que se trace, de lo que aspira lograr dentro del espacio donde se desenvuelve y donde actúa.

En el gremialismo hay dirigentes que tienen como objetivo la actividad política partidaria, trabajar en el sector para llegar al poder, por consiguiente, son dirigentes gremiales comprometidos con su partido. Los intereses de su partido están por encima del interés de los médicos. Estos son dirigentes con perfiles políticos partidistas.

Otros dirigentes gremiales tienen como objetivo el lucro, sacar beneficio y vivir de la costilla de los médicos. Ponen en bandeja de plata las reivindicaciones y las conquistas para venderlas al mejor postor, por unas míseras monedas baratas. Son traicioneros, todo lo que hacen es para conseguir prebendas para sí y para sus allegados. Estos son dirigentes con perfiles personalistas.

Mas otros dirigentes tienen como objetivo de su vida la lucha gremial y social, aquellos cuyas ideas y pensamientos están centrados en las causas de los médicos y del pueblo, que se desvelan y se preocupan siempre por sus problemas, que dedican su mayor esfuerzo, y toda su energía, a defender las justas demandas de nuestro sector. Son dirigentes gremiales comprometidos.

Un dirigente gremial comprometido no puede ser blandengue, tiene que ser firme, perseverante y valiente, para afrontar los difíciles momentos de la lucha.

Un dirigente gremial comprometido es aquel que lucha intensamente por cambiar el sistema de salud para favorecer a los médicos y a la población, que se esfuerza por obtener conquistas justas, poniendo a nuestro sector por encima de sus intereses personales, siempre detrás de reivindicaciones.

Todos los planes, todas las metas, los objetivos, la táctica y la estrategia del dirigente gremial comprometido tendrán como fin la defensa de los médicos y la salud del pueblo, en cualquier circunstancia, en cualquier momento o cualquier lugar donde se desarrolle la lucha. Luchar sin dobleces y sin descanso, frente a cualquier situación o contra cualquiera que tenga la intención de dañar injustamente a los médicos.

Un dirigente gremial comprometido no puede ser blandengue, tiene que ser firme, perseverante y valiente, para afrontar los difíciles momentos de la lucha. El dirigente gremial comprometido debe ser un luchador experimentado y capacitado, inteligente y resuelto, para enfrentarse con los sectores que nos quieren extorsionar y negar el derecho a vivir dignamente de nuestra profesión.

El dirigente gremial comprometido tiene que estudiar la historia de la lucha gremial, dedicarse a interpretar las causas de los hechos pasados y analizar los acontecimientos de la actualidad, para sacar conclusiones pertinentes y tomar las mejores decisiones a favor de los médicos de dominicanos. Esa es la misión del gremialista comprometido. Dejemos a un lado el ridículo fanatismo político.

El dirigente gremial comprometido debe tener una historia de lucha. Ser aguerrido, estar siempre al lado de las causas justas. Un dirigente gremial comprometido tiene que ser integro, honesto y coherente. Ser un ejemplo de conducta, que pueda ser imitado, admirado por sus seguidores y por la población.

El dirigente gremial comprometido no debe tener cola, no puede ser emocionalmente débil, debe tener carácter, ser una persona confiable, con una conducta social e institucional intachable y una moral incuestionable. El gremialista que no tiene ese perfil no puede ser definido como un dirigente gremial comprometido.

El gremialista comprometido debe tener cerebro. El cerebro fue hecho para pensar y para actuar de forma racional, sin apasionamiento, apegado a la verdad. Dejemos que nuestros pensamientos sean libres e independientes, permitamos que sea nuestro cerebro el que gobierne nuestra conducta. Dejemos de ser payasos y marionetas de otros.

Los dirigentes gremiales comprometidos son los imprescindibles.

Inteligencia contra violencia.

 

*El autor es médico pediatra

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