Cuarta Dosis de la Vacuna de COVID

Por: Clemente Terrero
No es necesario insistir en las ventajas que tienen las vacunas para reducir el riesgo de enfermedad, eso es alto conocido, los ejemplos sobran en el mundo, desde el momento en que se comenzaron a aplicar hace más de cien años. Negar sus beneficios no es más que una necedad que raya en la ignorancia.
Pero, a pesar de todas las evidencias, no han faltado los fanáticos que se oponen a su aplicación. Tampoco aquellos que por falta de conocimientos mantienen una postura de dudas contra esos importantes compuestos, elaborados por la ciencia médica con la mejor intención de proteger la vida de la gente.
Desde el inicio de la vacunación contra Covid, en el mes de marzo del año pasado, surgieron los grupos antivacunas, promoviendo absurdas ideas de los efectos negativos de las vacunas, las que tomaron fuerza cuando se anunció la aplicación de la tercera dosis. No tomaron en cuenta que los más perjudicados eran los más vulnerables.
No se pueden negar que las vacunas han permitido controlar la mortalidad y la ocupación hospitalaria por Covid,en el mundo además se ha demostrado que el noventa por ciento de los fallecidos correspondía a las personas no vacunadas.
La aparición de variantes de Covid con mayor poder patogénico, agregaron un nuevo elemento a la pandemia, aumentando el riesgo de salud en la población, frente a esto se requirió de un reforzamiento de la vacunación, aplicando una tercera dosis para proteger los ciudadanos. Acto de responsabilidad social.
Ahora bien, la aparición de la variante Ómicron, que puede evadir el sistema inmune, que puede producir infección, mucha gente entiende frente a esto que, no es necesario vacunarse. Pero hay que explicar que esto es porque la protección inmunitaria es relativa. Los anticuerpos no tienen la capacidad neutralizante que se requiere para impedir la infección de esta variante.
Sin embargo, la inmunidad celular, conferida por linfocitos T que circulan en el organismo, mantienen su capacidad inmunitaria, que consiste en destruir las células infectadas, desencadenante de la respuesta inflamatoria pulmonar y sistémica.
La gravedad en los casos de covid es directamente proporcionar a la carga antigénica, es decir mientras mayor sea la cantidad de virus en el organismo más grave será la condición clínica. La replicación exagerada del virus aumenta la carga viral, provocando mayor posibilidad de caso grave.
Mientras más virus mayor será el ataque a las células y a los tejidos que producirá más lesiones que provocará mayor actividad inflamatoria tratando de reparar los daños. La inflamación podría reducir la capacidad funcional de los órganos involucrados, provocando fallo multisistémico, gravedad y muerte.
Por eso las vacunas son tan importante, ocupan un lugar en la estratégicos de atención primaria en salud, elaborada con la intención de reducir el riesgo, para prevenir las enfermedades. Por eso, hay que seguir persuadiendo a las personas para que se vacunen, convencerlas de que se la pongan, por su bien.
Una cuarta dosis de refuerzo es una alternativa viable frente a la incertidumbre de esta pandemia, que no se ve fin. De lo que se trata es proteger la vida, existen suficientes evidencias científicas de que la protección inmunitaria desciende con el tiempo, elevando el riesgo de infección grave y eso hay que evitarlo.